La red de alta velocidad ferroviaria española (AVE) acaba de cumplir los 25 años en funcionamiento, y cuenta en la actualidad con una longitud de unos 3.200 km. En este período, los niveles de accesibilidad se han incrementado progresivamente en todo el territorio español, siendo las ciudades con estaciones de AVE las más beneficiadas. Junto con estos beneficios, los cambios en la distribución espacial de la accesibilidad pueden conducir a patrones de desarrollo espacial más polarizados y producir mayores diferencias, con efectos negativos sobre la equidad territorial, impactos que deben ser evaluados en las diferentes etapas del proceso de planificación.

Este artículo presenta una metodología para evaluar este riesgo de polarización espacial, que actualmente constituye un reto en la planificación estratégica de grandes infraestructuras de transporte. Para ello, se evalúan los impactos sobre la cohesión territorial causados por las actuaciones en la red de AVE en España en el período comprendido entre 1990 y 2015. Los valores de accesibilidad se calculan con el soporte de un Sistema de Información Geográfica (SIG) y la cohesión territorial se evalúa en función de los cambios en la distribución espacial de dichos niveles de accesibilidad.

Los resultados muestran que las nuevas líneas de AVE han aumentado significativamente los niveles de accesibilidad de la población española peninsular. Las ganancias se concentran en los corredores de las nuevas líneas de AVE y en las ciudades con estaciones. En resumen, los valores medios de accesibilidad han mejorado en el período 1990-2015 en un 48,6%, siendo estas mejoras muy significativas en los principales nodos de la red, como Madrid (39%), Sevilla (75%), Zaragoza (76 %) o Valencia (48%).

Asimismo, los resultados indican que el desarrollo de la red de AVE ha supuesto un impacto positivo en la cohesión territorial, con una reducción de las disparidades de aproximadamente un 15% en el periodo 1990-2015.