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La alta velocidad, necesaria para mantener el tráfico ferroviario de larga distancia

27/01/2017

Autor/es: Alberto García Álvarez

En 1991 el tráfico por ferrocarril en las 31 principales rutas españolas de larga distancia fue de 4,04 millones de viajeros. Si desde entonces no hubiera cambiado la velocidad ni otras características de la oferta, en 2015 se habría reducido el tráfico en estas rutas un 31 por ciento hasta los 2,46 millones de viajeros. Sin embargo, en este periodo se implantaron servicios de alta velocidad en 13 de estas rutas y en otras 15 se ofrecieron servicios que utilizan parcialmente la alta velocidad, lo que ha permitido que el número de viajeros se multiplique por 4,6, llegando a 18,74 millones.

El análisis que se realiza en este artículo confirma la observación de que el tráfico de viajeros de larga distancia convencional (entendiendo por tal el que no se desarrolla en altas velocidades) viene sufriendo una continuada pérdida de cuota de mercado desde las dos últimas décadas del siglo XX.  En el artículo se estudian las razones de este deterioro, y el análisis permite dar respuesta a la pregunta de qué hubiera ocurrido con el tráfico de larga distancia en España de no haberse implantado la red de alta velocidad.

Desde luego, la caída del tráfico en trenes convencionales es, en parte, consecuencia del trasvase de viajeros a trenes de alta velocidad; también de la mejora de la oferta del coche, del autobús y del avión que han pasado de ser casi inexistentes hace 50 años a disponer hoy de una importante cuota de mercado.

Donde no hay alta velocidad, y con la oferta de otros modos de transporte estabilizada, se puede observar cómo el ferrocarril convencional de larga distancia no deja de perder cuota de mercado. En este artículo se cuantifica este fenómeno y se confirma la hipótesis de que, efectivamente, a igualdad de oferta, el ferrocarril solo consigue mantener y aumentar su cuota de mercado si es de alta velocidad.

Se concluye que este hecho es consecuencia del incremento del valor del tiempo de los viajeros a medida que aumenta la renta: Mayores valores del tiempo, derivados de la subida de la renta, hacen que los consumidores escojan los modos de transporte más rápidos y rechacen los lentos.  El declive del ferrocarril convencional es por lo tanto consecuencia del aumento de la renta. La alta velocidad resulta imprescindible para mantener los viajeros del ferrocarril en un escenario de rentas más altas y para evitar que los viajeros se trasladen al avión y al coche particular con el consiguiente aumento de costes sociales.


Palabras clave: Velocidad, demanda, valor del tiempo, planificación.

Publicación: 360.revista de alta velocidad Nº 4 - Diciembre 2016, pág. 41-58

 

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